miércoles, 12 de octubre de 2011

Mentira encarnada

Soy sangre impregnada en rojos ocasos
sobre el firmamento de una piel pálida
que deja ver unos oscuros ojos en mi cara,
son profundas mis miradas para ver el mundo desde aquí
delgados cabellos cuelgan de mi cabeza, 
caen por mi cuello, por mis hombros a mi cintura 
que reluce el abdomen hermoso y tierno de una juventud poco vivida,
en mi espalda hay cosas por descubrir, marcas que están ahí desde siempre y cosas que mi destino pinto sobre aquella constelación.

Soy sangre manchada, en el camino blanco de piedras que me hacen tropezar y caer, veo mis pies y me pongo en pie, porque se que allí estaré para ver mi piel palidecer aún más con el frío del atardecer, en la noche el susurro de la luna, despertaría mi mirada hacia el fin de mi existir, más allá de verme morir y sentir que quiero vivir, sé que aquí no hay que decir, porque ya todo está como quise al fin.

Soy sangre derramada por mí existir, trágico y sublime rencuentro con mi vivir, se entreteje con caprichos de agua que el cielo deja caer justo ahora y se mojan mis labios, mi mirada perdida y mis ojos empapados no encuentran la salida.

Soy sangre que se acaba
sangre que acabó aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario