que descuartizan el ser,
llenos de palabras
insignificantes
llenos de murmullos
que se ahogan
así como se ahoga un pez,
así como vuelan las lágrimas
hasta los pies
siento un cubo de hielo
en mi cabeza,
siento en los pies
un carbón ardiente
Un jardín con gentes muertas.
El cielo se hace violeta,
violento, lento.
Lento el latir del corazón
huele a rosas,
vomitivo encanto,
canto,
nudos.
- a Camilo.
A las desalentadas amapolas
ResponderEliminardaré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
(…)
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
(…)
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.