lunes, 12 de septiembre de 2011

Adentro

Oigo rumores, dichos en versos,
escritos con sangre de mis labios,
rumores suspirados y pensados.

Oigo rumores, en mi oído,
 sobre mi hombro reposan cansados 
 de encontrar quien los oiga.

Viajaron por mi vida sin saberlo,
 Solo hasta ahora me entero
 tal vez tú seas uno de ellos.

De boca en boca pasamos
y pasamos a otros, 
son rumores del alma.

De dolor y sufrimiento
de alegría y claridad.

Confundidos por una veracidad 
añadida o inconclusa
hecha de mentiras y remiendos 
que se quitan y ponen
como botones de conciencia.

Suben y se posan frente a mi,
 mis ojos callan
 aquel débil susurro, 
se apaga la vela 
y a oscuras se queda.

Oigo rumores, alejarse de mí
con pasos que se come el silencio.

Escucho
Tu ser.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Profana y destruye

Así es el mal llamado amor.
Tan sospechosos es que no dejes de pensarlo, 
el delatante brillo al verle, temblar, sudar, 
sonreír estúpidamente.
 Tan enfermizo.

Dónde está entonces ese tal amor exactamente,
yo solo veo una combinación de síntomas, 
que te hacen ver extraño,
tal vez el amor no es tan lindo por obvias razones, 
por tantas historias.

Puede ser que el amor esté en el éxtasis de sentir
 palpita el corazón con rapidez, y no sabes qué decir
  ¡es patético!

Quien en su “sano juicio” quisiera sentir 
 y hacer tantas idioteces.
 Que si mal no estoy, hay estados como el pánico, 
el miedo, en los que los síntomas también aparecen.

 Es entonces el mal llamado amor algo tan desconocido 
como para asociarlo con otras cosas, tenebrosas.
Un túnel lleno de incógnitas 
y ¿quien quiere incertidumbres? 

Preguntas muchas veces sin respuestas 
o peor aún, afirmaciones del futuro.

Nos da miedo, eso es cierto, 
sin embargo lo encontramos 
muchas veces sin buscarlo, 
solo llega, aparece de la nada 
se mete en ti, 
te seduce, es cruel, es dulce,
es tan peligroso que muchos dicen morir sin el.

Al parecer entonces es necesario encontrarlo,
 vivirlo, sufrirlo, padecerlo, disfrutarlo...
  huir - ignorarlo, es casi imposible, es casi improbable.

Porque solo se mete allí 
sin consentimiento alguno del huésped que va a ocupar,
 debe ser obra de un “ser despiadado” 
el que desee que para que encuentres la felicidad, 
encuentres un mal... Un mal llamado amor...
Difundirlo con la alegría de estar en el,
 de comenzar uno nuevo,
  pero al final todos vuelven a sentir.

Ya no es igual ¡verdad!. Es un mal, un mal llamado amor.