Me desvanezco
como agua,
siento celos
de mi propia sombra
Quien pretendo ser
ante la mirada en el espejo
O ante el corazón
de un ser
Que puedo hacer
con el fantasma que le habita,
que llenó los espacios de vacío
Solo permítame,
usted señor
disfrutar
por el tiempo necesario
de su esencia,
su presencia.
Para decir que la felicidad
es eterna
Mientras me guarde
en su corazón,
como una flor
en un libro
Eterna y marchita
en la presencia
de su realidad,
pero tan viva
en su pensamiento
como el día de ayer,
cuando sus labios
se tornaban azules
Y su mirada
se perdía en mí
Como la soberbia,
como la sed,
Como todo
lo que no se decir
Y siento
8/01/2013
Didi -
Gracias por dejarme escuchar de su voz,
estas letras escritas y pensadas
gracias a su presencia,
por haberlas leído
y cada una llenarlas de pensamientos
que aunque diferentes las supo tener.